
8º Corales en la Tierra. Muestra la sensibilidad del escritor, haciendo fuertes las flores, como los corales del mar.
A medida que las estaciones cambian, también lo hacen los colores y los sonidos de la Tierra, creando un ritmo poético que resuena en los corazones de los poetas.
En los rincones más remotos de nuestro planeta, la vida salvaje baila al ritmo de la naturaleza, inspirando a los poetas con su gracia y su fuerza.
Bienvenidos a Corales en la Tierra
La poesía es como el mar: profunda, infinita y llena de secretos.
Corales en la Tierra nace del deseo de traer esos colores y ritmos oceánicos al suelo que pisamos, convirtiendo cada palabra en un reflejo de lo que sentimos, soñamos y vivimos.
Aquí encontrarás versos que exploran el amor, la nostalgia, la naturaleza y la existencia misma, como si fueran corales emergiendo en la arena, recordándonos que la belleza también florece fuera del agua.
Sumérgete en cada poema, deja que las palabras te envuelvan y encuentra en ellas un eco de tu propia historia.
BUSCANDO LOS CORALES DE LA TIERRA

En los rincones más remotos de nuestro planeta, la vida salvaje baila al ritmo de la naturaleza, inspirando a los poetas con su gracia y su fuerza.


Busco los Corales de la Tierra
Busco los corales de la tierra,
los más duros, esculpidos por el viento,
los que resisten la marea del tiempo
y en su roca guardan secretos.
Y busco los más dulces del corazón,
los que brillan como soles sumergidos,
donde el amor deja su huella invisible
y la ternura crece sin testigos.
En cada piedra, en cada ola dormida,
veo imágenes más allá de lo cierto:
versos flotando entre luces perdidas,
poemas latiendo en el eco del viento.
Porque la belleza no solo es espuma,
ni el amor solo existe en el mar,
también en la tierra brotan corales
si aprendemos a mirar.

De Flores y Sentimiento
Flores de tristeza

Veras, No mires atrás, Y comprende, Lo que significa cada flor de mi paraíso. A pesar de la muerte, El amor florece en nuestro ser, Como un tributo a la vida, Como un faro que nunca dejará de arder. Las flores son la metáfora De nuestra existencia efímera, El amor, su esencia eterna, En la vida y en la espera. No dejes de escuchar, Las flores te hablan, Están vivas Y síguelas hasta su lugar. No te duermas ante la belleza Y sonríe porque llegará la eternidad.

De paisaje amor y cariño
En el rincón sereno del atardecer, Donde el sol besa la tierra y se va, Te miro, amada, y en tu ser Contemplo el paisaje perfecto Del amor y el cariño. Fue una parte de mí La que insiste en crear, Todas estas palabras Y dejarlas reflejadas, Entre paisajes de verde Mar. Tus ojos, dos luceros en el horizonte, Reflejan el cielo en su azul profundo, Y en ellos encuentro un amor sincero, Un lazo eterno que une nuestros mundos. Las montañas de tu sonrisa se alzan altas, Como guardianes de un valle de ternura, Y en ese valle mi corazón se refugia, Encontrando paz y calma en cada curva. Tus labios, suaves como pétalos de rosa, Susurran palabras de amor y devoción, Y en cada beso encuentro La promesa de un amor eterno, Sin fin ni condición. Así, en este paisaje de amor y cariño, Mi corazón encuentra su verdadero hogar, Y en tus brazos, mi amada y mi abrigo, Sé que siempre encontraré mi lugar. Pareciera que mi escritura Se vuelve en estos días del revés, Dejando estas letras al viento Que las reparta con conocimiento, Y lleguen al alma de quien las lee.

Corales en la Tierra. Muestra la sensibilidad del escritor, haciendo fuertes las flores, como los corales del mar, acompañandolas de poemas.
Amor diferente
Soportando dolor quizás De una manera elegante, Siempre pensando en el amor Como siempre desafiante, Ante un destino perturbador Que marcó un día sofocante. Duermo después de escribir, Descansa mi alma atormentada, Cuando cesó la pasión, En tardes de juicio oportuno, Y siento que nuestro amor volverá, A caer en el ayuno. Supongamos que río en este momento. ¡ajjajaja! Tu amor es la tinta que llena las páginas En blanco de mi vida, Dándole sentido y color a cada palabra. Eres la casualidad más hermosa Que me ha sucedido, En esta vida caótica y confusa. Amarte es como desplegar Las alas y volar libre, Sin restricciones ni límites. Me haces sentir invencible. Nuestro amor es como una obra De arte abstracta, Imperfecta, Pero llena de belleza y significado, Eres el rompecabezas perfecto Que encaja con cada pieza rota de mí ser, Comportándose de una manera única. En tu sonrisa encuentro el sol. Que ilumina mis días más oscuros y en tus brazos, El refugio que anhelo en las tormentas. Tu amor es una danza infinita, Donde nuestros corazones se entrelazan, Y nuestros cuerpos se mueven al ritmo de la pasión. Contigo descubrí que el amor No es encontrar a alguien perfecto, Si no aprender a amar Las imperfecciones de alguien real. Nuestro amor, Es una aventura sin mapa ni destino, Donde cada paso es una sorpresa, Y cada momento, Una nueva oportunidad de descubrirnos. Tú eres mi amor en constante evolución, Siempre cambiante y creciendo, Pero siempre firme y sólido en su esencia.

Dolor de amor
En el rincón más oscuro de mi alma, Duerme un dolor de amor, Sin nombre, sin dueño, Un sentimiento que quema y que embalsama, En un abismo profundo y sin empeño. Las noches se deslizan, Tristes y calladas, Las estrellas lloran lágrimas de plata, Mi corazón, en su tristeza abrumada, Busca la luz de un amor que ya no ata. Tus promesas de cariño, Hoy son sombras, Se desvanecen como sueños en la bruma, Y el eco de tu voz en mis memorias, Repite un nombre que mi corazón aprisiona. Cada recuerdo es un cuchillo afilado, Cada suspiro, un eco en el abismo, En este poema de dolor enredado, Mi corazón llora su triste cinismo.

Pero sé que el tiempo cicatrizará, está herida. Aunque el dolor persista y no se esconda, guardaré en mi silencio esta despedida. Y sanaré en el amor que aún me ronda. Seguiré sintiendo este amor insistente Que se oculta en mi interior, No dejando un hueco libre Y aprisionando a mi alma, Que busca un buen rincón. Y en el rincón oscuro de mi pecho, Late un dolor profundo, Sin consuelo, Un amor que ya se fue, Un triste despecho, De un corazón herido por tu vuelo. Las noches se tornaron frías y largas, Las estrellas lloran tu ausencia en el cielo, Y mi alma se ahoga en penas amargas, Porque ya no estás a mi lado, anhelo. Tus palabras de amor, como espinas, Se clavaron en mi alma, causando herida, Y el tiempo, como un ladrón, Se avecina, robándome la paz, Dejándome perdida.

Cada recuerdo es un puñal que hiere, Cada verso un suspiro en la tormenta, En este mar de lágrimas me pierdo, En este poema de dolor que me atormenta. Pero sé que el amor no siempre dura, Y aunque duela este adiós, Con esta despedida, en mi corazón, La llama perdura, Aunque se oculte tras la noche fría Siempre te aguardará mi corazón. Así que en este poema de dolor y pena, Te libero, te dejo volar al viento, Y aunque el amor se convierta en condena, Guardaré en silencio este sufrimiento De mujer que asimila la tristeza. En el rincón sombrío de mi alma yace, Un eco amargo, un lamento profundo, Un amor que se desvanece, Que se hace, un canto triste, Un dolor que inundo. Las noches se alargan, Los días se tornan grises, En mi pecho late un abismo sin fin, Un amor que se desangra, Que no viste, las heridas en mi corazón, sin fin. Tus promesas se volvieron polvo en el viento, Como hojas de otoño que caen al suelo, Y en mi interior, siento el frío y el tormento, De un amor que se desmorona como un castillo.

Las lágrimas son versos en mi piel, Escritos con tinta de amargo sufrir, Cada gota, un recuerdo, un laurel, De un amor que se marchita, sin resurgir. En este poema de dolor te nombro, Como un suspiro perdido en la bruma, Un amor que se desgarra en un asombro, Y se convierte en tristeza, en espuma. Quizás algún día el tiempo sane está herida, Y el dolor se diluirá en el olvido, Pero hoy, en este verso que despida, Mi amor es un lamento, un gemido. Me pesa volver a escribir de amor Y más si es tan desafortunado, Pues en esta casa vacía Él nunca ha morado, Y fría llega al invierno Después del verano helado. El viento silva alegremente Sin mirar hacia ningún lado, Las paredes no hablan Pues no hay calor, ni color amado. En las sombras de la noche silente, Mi corazón se ahoga en un lamento, Un eco de amor que se hizo ausente, Dejándome perdido, sin aliento. En el jardín de ilusiones marchitas, Las flores del amor yacen desgarradas, Sus pétalos caídos, almas benditas, Testigos mudos de promesas quebradas. Tus ojos, que eran luceros en mi cielo, Se apagaron como estrellas fugaces, Y el abismo se abrió, cruel y despiadado, Dejando cicatrices, recuerdos voraces.

El amor que floreció en nuestro rincón, Se desangra ahora en lágrimas de duelo, Como un río que arrastra mi pasión, Hacía un mar de tristeza, sin consuelo. Las palabras de amor que se llevaron el viento, Hoy regresan como espinas en mi pecho, Y aunque intento olvidarte en el silencio, Tu recuerdo me atormenta, sin derecho. En este poema de dolor y quebranto, Dejo constancia de mi sufrimiento, Un canto de desamor, un llanto, Por un amor perdido, un sentimiento. Quizás el tiempo cure estas heridas, Y el dolor se disuelve en el olvido, Pero hoy, en estas letras conmovidas, Mi alma se desgarra, herida y vencida Dejándome llevar por el cielo.

Ven
Ven, Siéntate a mi lado Has llegado pronto, Dejaste el mar congelado Y ahora te siento cerca, Y la suavidad de tus manos Ahora se posan en las mías, Recordando las cosas de antaño. Cuéntame, ¿Cómo estás? ¿Cómo sentiste el verano? El dolor ya paso Y ahora queda como bálsamo. Acércate despacio Para que dure más tu llegada, Bésame suavemente Y no apartes la mirada. El calor se hace presente En la risueña mañana, Y deja el recuerdo de frío De la noche blanca. Las palabras fluyen Perezosas y cálidas, ¡Hace mucho que no te veo! Cuantas cosas calladas, Mirándome en el espejo Solo veía lágrimas. Grite a los cuatro vientos Que estaba bien preocupada, Mi vida siguió lo mismo Tranquilidad sosegada. Siéntate cerca de mí Tengo escalofríos de mañana, El amor llamó a mi puerta Y estaba entrecerrada.

Mi paseo
El ambiente estaba pesado Y comenzó el día con niebla, Salí de casa temprano A pasear por mí, acera. Se escuchaba el sonido del mar Y alguno más Que de momento no quería identificar, O que quería olvidar Para no sufrir por lo perdido. Me ponía a contar las piedras Que pisaba al caminar, Intentaba distraer la mente Y olvidad mi oscuridad. Mientras tanto tú Seguías en mi camino, Bromeando de pequeñeces Que me hacían sonreír. Cada vez esas grandes cosas Se alejaban de mis manos, Dando paso a otros rasgos, Y mientras yo contaba las baldosas Húmedas y resbaladizas Que encontraba a mi cansado paso. No veía el final del paseo Y tampoco me importaba, Solo miraba de reojo A las personas que se cruzaban. Irán contando como yo O enfrascados en sus problemas, Pues la miseria y la tristeza No es exclusiva de nadie, En estos tiempos locos En que nos vamos empobreciendo, Hasta el pobre corazón condenado Que no entiende de números, Ni de tiempos, Ni de papeles mojados. El teléfono se queda sordo Del vacío que lleva, Dejo de emitir esa música Que a veces era molesta. Ahora vengo todos los días Y en esta mañana plateada, Que el sol no calienta Se siente uno más pobre, De lo que en realidad era.

¡¡Hola!!
¡¡Hola!! ¿¿Cómo estás?? Cuanto tiempo pasado, Cuantos mares surcados. ¿¿Cómo está el tiempo para navegar?? Sí, La mayoría de los océanos están vacíos Ya no está de moda la piratería. Ese barco que tú mandas Ese que llevas grabado en la piel, Hace tiempo que no lo veo No pasan los años por él. Supongo que sigues en tu playa Te imagino pescando también, En esas aguas frías Donde tu ancla se posó bien. De aquí se aleja el invierno Y la primavera se presenta maravillosa, Entonces me iré mar adentro Saliendo del puerto, Con cuidado de las rocas. Me llamaron filibustera, Corsaria, bucanera Y más cosas que no recuerdo, Sigo siendo libre Y continúo con mis secretos. Ir al timón es lo que más me gusta Gritarle a los cuatro vientos, Que la brisa sea insistente, Y mantenga fijo en el mar mi velero. Elevar mi bandera Y disfrutar del océano, Sin temor al horizonte Elevando mi sable hacia el cielo.

Recuerdo del Viejo Madrid
En las calles adoquinadas, Madrid se despierta, susurra historias en cada esquina oculta, donde el tiempo parece haberse detenido, en el viejo Madrid, de encanto y cultura. Las plazas bullen con vida y canciones, el aroma de churros y chocolate llena el aire, el reloj de la Puerta del Sol da las doce campanadas, en el viejo Madrid, la ciudad que nunca se cansa. Los balcones adornados con geranios rojos, mientras el sol se pone sobre el Palacio Real, y los ecos de flamenco resuenan en los patios, en el viejo Madrid, donde el arte es esencial. El Retiro, un jardín de secretos y sueños, donde amantes se encuentran bajo los árboles frondosos, el Palacio de Cibeles se alza majestuoso, en el viejo Madrid, donde todo es hermoso. Las tabernas antiguas sirven vino y tapas, en mesas de madera donde la risa se comparte, en cada rincón, una historia que contar, en el viejo Madrid, que nunca deja de asombrar. Así en mi memoria, Madrid perdura, un lugar de magia, de pasión y aventura, un recuerdo eterno, en mi corazón perdura, del viejo Madrid, mi amada hermosura.

Del sueño de dama de las algas
Bajo la luna plateada y serena, La dama de las algas se sumerge, En un sueño profundo y enigmático, Donde el océano su alma recoge, Dejándose con suave movimiento Que hará que baile en el mar salado. Sus cabellos, como ondas del mar, Se mecen al compás de las mareas, Mientras sueña con secretos del fondo, Y con criaturas misteriosas y aéreas. En su sueño, Las algas danzan en torno, Formando coronas de esmeralda y jade, Y sirenas cantan melodías celestiales En un idioma que solo el mar entiende. En su mundo de sueños, La dama se sumerge, En un abrazo cálido de agua salada, Donde los peces le cuentan historias antiguas, Y las conchas guardan secretos de hadas, Que se acercan a ella Sin que se dé cuenta de nada. La dama de las algas, En su sueño profundo, Es parte del océano y de otro mundo, Un ser que aparte de ser marino Tiene alma de persona de tierra, Y en los dos mundos, Dama de las Algas, Sueña, vive y ama, Y en cada ola que acaricia la playa Deja un pedazo de su alma y su destino. Así, en el sueño de la dama de las algas, Ella encuentra paz y serenidad, Y en las noches de luna y estrellas brillantes, Se sumerge en su mundo, en su inmensidad de lo profundo.

Tierra de Lágrimas
Del sueño de una dama, Cayó una lágrima pesada, Que en la tierra germinó. Dando paso a palabras Y recuerdos de la nada, Que sencillamente Volarán por esta página, Desbordando sus mensajes En esta tierra de lágrimas y pesares, Donde el tiempo se escurre como arena entre los dedos, Donde los corazones sangrando en silencio, Caminamos en busca de la luz. Los sueños se desvanecen en la penumbra, Mientras las estrellas titilan en el cielo lejano. En este mundo de sombras y contradicciones, Buscamos la esperanza que nos guíe Confiando en el ser humano. Las lágrimas caen como gotas de lluvia, Alimentando la tierra reseca de nuestras almas. Y aunque el dolor nos abrace con fuerza, Aún buscamos la alegría que nos haga resurgir. En esta tierra de lágrimas y amargura, Encontramos la fuerza para seguir adelante, Porque en la adversidad se forja nuestra fortaleza, Y en la tristeza descubrimos la belleza de la vida Sabiendo lo que tenemos delante. Así, en medio de las lágrimas y el sufrimiento, Nuestra alma encuentra su voz y su razón de ser, Y en esta tierra de lágrimas, Construimos sueños, Tejiendo un tapiz de esperanza y amor, Y a veces de fe. Que nunca olvidemos que, incluso en la oscuridad, La luz puede emerger de nuestras lágrimas, Y en esta tierra de lágrimas y alegrías entrelazadas, Encontramos la verdadera esencia de nuestra humanidad. Lástima que a veces no entendemos Que también la tristeza nos reconforta, Pues riega la tierra de la sal que desborda, Tu esencia de mujer. Pues soy Dama de Algas, Salada, clara, fresca en la mañana, Si lloro, cubro de verde calegre está mi vida, Y sueño con esos mares de lágrimas de sirenas Siendo en tierra un alma viva.

Tierra de amaneceres rojo
Se extiende ante de mis ojos Un color de dulce amanecer, Una pasión por los campos rasados Acompañando a esos prados, Unas casas en que el amor Siempre se ve crecer. En la tierra de amaneceres rojos, Donde el sol besa el horizonte ardiente, Nacen los sueños en susurros antiguos, Y el alma se llena de un fuego latente. Los montes se visten de tonos carmesí, Mientras el cielo se torna un lienzo de fuego, Las aves despiertan con cánticos de luz, Y la naturaleza canta su propio ruego. En el agua se reflejan rayos Que veo arder desde mi ventana, Y los barcos que nos visitan Escapan de la madrugada. Bajo el manto de estrellas en danza brillante, La noche susurra secretos al oído, Y el viento acaricia con su suave caricia, El corazón latente, por siempre perdido. En esta tierra de amaneceres rojos, Donde los sueños toman vida y se expanden, Mi corazón halla su refugio seguro, Y en cada alba, mi espíritu se enciende.

La tierra de una dama de corales
Hoy vuelvo al mar Y a pensar en mis corales, Quizás repita lo mismo En este cuaderno de viajes, Que me ayudaran a recordar Y volver a vivir cada peaje. En la tierra de una dama de corales, Donde el sol se abraza con las olas y las sales, Se alza un paraíso, Un edén de colores, Donde los sueños se entrelazan con amores. Sus playas de arena blanca como la espuma, Reflejan la pureza de su alma, Ninguna bruma puede empañar La belleza que allí reside, Donde los corales En el mar danzan con las flores. Bajo el cielo azul, Como zafiro brillante, La dama camina con paso elegante, Su cabello ondea con la brisa marina, Y su sonrisa ilumina cada esquina De las rocas palpitantes. Surgen a la superficie Ideas melancólicas de tiempos pasados, Y en las escamas guarda La tierra que no ha olvidado. Los corales son sus joyas, Su tesoro, Testigos mudos de su eterno decoro, Y en su mirada se refleja el océano, Un mundo de misterio y encanto soberano. En la tierra de la dama de corales, La naturaleza y la gracia son ideales, Un rincón en el que el tiempo se detiene, Y en cada ola, Un secreto se entremezcla y teje.

FUERZA VALOR CORAJE
(Día histórico para la democracia)
En la penumbra del temor, surge la luz del coraje, Un fuego intrépido que desafía la oscuridad, Valentía, llama ardiente que en el pecho arde, Guiando pasos firmes hacia la libertad. En el fragor de la batalla, donde retumba el estruendo, El coraje se erige como un escudo imperecedero, No teme al desafío, ni al destino incierto, Se alza como un titán, en su fuerza sincera. Valentía, joya preciosa forjada en el yunque del alma, Resuena en el eco de aquellos que se atreven, A desafiar la tormenta, a romper cadenas, Aunque el miedo aceche, como sombra que se cierne. El coraje es un susurro en la brisa de la adversidad, Un rugido que despierta el espíritu dormido, No es la ausencia de temor, sino la voluntad de avanzar, A pesar de la tormenta, hacia el horizonte atrevido. En el corazón del valiente, late un tambor inquebrantable, Que resuena con la música de la esperanza, No se rinde ante la tormenta ni la noche interminable, Porque el coraje y la valentía son la esencia de la bonanza. Oh, noble coraje, oh, valentía sublime, Sois faro en la oscuridad, luz en la neblina, Guiadnos por el sendero de la victoria, En la danza eterna de la vida divina. Que en cada paso, en cada gesta valerosa, Florezca el coraje como un jardín de fortaleza, Y que la valentía sea la melodía grandiosa, Que resuene siempre en el corazón con firmeza.
En el rincón etéreo del universo,
donde se entrelazan los destinos,
nace el amor, eterno y divino,
un lazo sin fin, profundo y terso.
En susurros de estrellas se revela,
un poema cósmico de pasión,
donde el tiempo se pierde en canción,
y el alma danza en la luz que destella.
Es un fuego que arde en el corazón,
un viaje sin fin hacia lo etéreo,
donde el amor es un lazo sincero,
un infinito que no conoce la razón.
Bajo el manto de la noche estrellada,
se entrelazan almas en un abrazo,
como dos astros en el mismo paso,
en el ballet eterno de la encantada.
El amor infinito, sublime canción,
que resuena en el eco del universo,
un poema sin fin, puro y diverso,
tejiendo sueños en la inmensidad de la pasión.
En el vasto abrazo del infinito,
donde el tiempo se pierde entre susurros,
nace un amor que rompe los muros,
un lazo eterno, profundo y bonito.
¡Quién sabe dónde estará!
Es un verso que fluye en el viento,
acariciando las estrellas en su viaje,
un amor que nunca conoce el desengaño,
una melodía que siempre está en movimiento,
quizás el azar los fue encontrando.
En cada rincón del universo se despliega,
como un eco que reverbera en el espacio,
un infinito amor, puro y abrasador,
que en cada latido del corazón se juega.
No tiene confines ni fronteras,
es un sentir que trasciende barreras,
un fuego eterno que nunca se apaga,
un amor infinito que el alma embarga.
En el alba radiante, el sol despierta,
sus rayos pintan el lienzo de la tierra.
Día nuevo, promesa en cada hora,
verso del tiempo, melodía que enamora.
En la penumbra de lo incierto,
donde el alma danza en misterio,
nace un amor, aún no descubierto,
tejiendo sueños en un sendero.
Susurros de un corazón callado,
laten secretos en la neblina,
entre sombras, un lazo anhelado,
un amor que en el alma germina.
En el silencio de la distancia,
se entreteje la pasión sin medida,
un amor que aguarda con esperanza,
en el rincón donde la vida decida.
Oh, amor desconocido, en la penumbra,
como estrella que destella en lo ignoto,
cruza el umbral de esta danza umbra,
y descubre en el misterio tu devoto.
¿Quién eres desconocido?
entras por mi puerta,
cuando ya estoy alerta,
Mirando incansable lo vivido.
Y más seria es la promesa
de un viento desfavorecido,
que intenta recorrer el mundo
empeñandose en colarse ahora,
cuando el tiempo está vencido
y la muerte ya me acecha.
Ahora llegas y me estorbas
insistiendo en un castigo,
cuando en tiempos de piratas
escuchabas mis latidos,
a través de una pantalla
Y con disfraces empobrecidos.
En la aurora danza el sol,
notas de amor susurran al viento,
melodía que acaricia el alma,
el día despierta
con un encanto eterno.
Sigo dormida y componiendo,
Entre acordes que susurran al corazón,
se entrelazan notas, danza de emoción.
El amor, partitura que el alma compone,
canción eterna, en la que el amor se entona,
y a mí me conmueve.
Susurros de cuerdas, besos en arpegios,
melodía que enlaza nuestros destinos.
Ritmo que late en el compás del deseo,
cada nota, un eco de un amor sincero.
El amor sin música,
Para que vivir y padecer?
Con la luz del cielo estrellado,
despierta intentando imaginar,
historias,
sinfonías de palabras,
que os envuelvan,
como suave brisa,
Así, entre susurros
y notas que danzan,
tejiendo un poema de amor,
esperanza.
de música y el amor entrelazados,
sinfonía de nuestros días.
En el cielo danza la aurora,
sus colores pintan la calma.
El sol despierta con esplendor,
besando la tierra con su luz y amor.
En el Edén de la aurora,
despierta el paraíso con fervor.
La naturaleza canta su sinfonía,
bajo el cielo que anuncia alegría.
En la luz primera del amor naciente,
amanecen susurros, dulce corriente.
En el alba de caricias y suspiros,
se entretejen dos almas, eternos suspiros.
En el cielo tenue, danza el alba,
luces que despiertan la esperanza.
Amanece entre susurros de la aurora,
un poema etéreo que la naturaleza decora.
El sol se eleva con besos dorados,
pintando el lienzo del día a su lado.
Los sueños de la noche se desvanecen,
mientras la luz del día nos estremece.
Amanece con promesas en el aire,
cada rayo de luz, un dulce cantar.
El mundo renace en su esplendor,
la magia del amanecer, eterno resplandor.
Pirata
En los mares bravíos, un pirata audaz,
con barba de fuego y mirada voraz.
Surca los océanos con viento a favor,
buscando tesoros con ansias de amor.
Su bandera ondea en el mástil con orgullo,
el símbolo temido en cada rincón oscuro.
Con espada afilada y alma sin miedo,
saquea riquezas en cada puerto quedo.
Bajo la luna plateada, su barco navega,
entre olas que cantan y la noche que juega.
Cuenta historias de batallas y leyendas antiguas,
un pirata valiente, entre sombras benditas.
Con ojos de tormenta y risa desafiante,
el pirata legendario, de renombre constante.
En poemas y canciones su nombre resuena,
un héroe o villano, según la leyenda.
En otra vida fui pirata,
y aunque me cuesta reconocerlo,
cuando me llegó la tranquilidad
quise volver a hacerlo.
Todavía recuerdo los días de tormenta
y esa risa legendaria
que me caracterizaba,
en horas de fiesta.
Por el aire yo danzaba
entre obras clásicas y maestras.
En la bruma del alba,
el pirata despierta,
su alma libre danza,
la aventura es su puerta.
los mares le cantan,
el viento,
susurra en su mención,
mientras la aurora tiñe
de oro su canción.
Con viento en las velas, surca mares de azul,
un ladrón de suspiros, un rebelde sin tul.
El sol se levanta, testigo de su andar,
en cada ola halla la esencia de su soñar.
Entre olas y espumas, el corsario se eleva,
la libertad es su anhelo, su fortuna nueva.
En cada puerto, un recuerdo, un tatuaje salado,
sus ojos reflejan un pasado marcado.
Amanece en sus ojos, un fuego sin medida,
en busca de tesoros, en la vida perdida.
Oh, pirata del alba, tu rumbo incierto,
en cada rayo de sol, encuentras tu puerto.
La noche
Bajo el manto estrellado, la noche susurra secretos,
un lienzo oscuro donde los sueños se vuelven inquietos.
Siluetas danzan en la penumbra, sombras que se entrelazan,
misterios que la Luna, con su luz, jamás desgrana.
El viento nocturno acaricia con su aliento frío,
mientras la oscuridad teje un relato sombrío.
Entre susurros del silencio, la noche se envuelve,
un abrazo mágico donde el tiempo se resuelve, y siempre te envuelve.
Las estrellas, como diamantes en el ébano del cielo,
pintan constelaciones de un cuento antiguo y bello.
En cada rincón nocturno, la realidad se desvanece,
y el alma, liberada, al vuelo se estremece.
Así, la noche envolvente, con su magia sin medida,
teje sueños y esperanzas en cada esquina perdida.
En su abrazo profundo, el mundo encuentra descanso,
y en el silencio, late el corazón de un universo manso.
Bajo el manto de la noche estrellada,
la luna danza en el cielo plateado.
Sus rayos acarician la tierra sosegada,
mientras la poesía del silencio es recitada.
En la noche, un lienzo de obsidiana brillante,
estrellas como versos en el firmamento danzante.
La luna, faro de plata en su esplendor,
ilumina secretos en cada rincón de amor.
Sombras que susurran cuentos sin fin,
misterios que despiertan en la penumbra de un jardín.
La noche, poema en susurros estelares,
despierta sueños en almas nocturnales.
Bajo el manto de constelaciones bordadas,
la oscuridad se viste de magia entrelazada.
Oh, noche iluminada, poesía en tus destellos,
despierta el alma y enciende nuevos destellos.
En la noche de lluvia, danza el susurro,
gotas como versos caen con fervor.
El cielo llora su melancolía,
poesía líquida, un canto de amor.
En la oscuridad
que la luna acaricia,
la lluvia nocturna,
danza en la delicia.
Gotas susurran
secretos al viento,
Mientras que sigo
aquel movimiento,
un romance líquido,
en silencio lento.
Llanto celestial, danza en el aire,
notas líquidas, melodía sin par.
Beso de la lluvia en la tierra sedienta,
poesía que cae, eterna y contenta.
En la penumbra del monte, el lobo acecha,
su pelaje nocturno, sombra que despierta.
Bajo la luna, danza en la maleza,
guardián de secretos, en la noche se suelta.
Ojos de ámbar reflejan la oscuridad,
huellas en la tierra, su historia a contar.
En la quietud del bosque, su aullido resuena,
melodía salvaje, la naturaleza le ordena.
Monte lobo, hogar de misterio y leyenda,
entre los árboles, su esencia se encuentra.
Sigiloso cazador, reina en la penumbra,
el lobo del monte, en su danza se alumbra.
Mirando a monte lobos
En la quietud nocturna, la luna se despliega,
un tapiz de estrellas adorna la bóveda negra.
Susurros del viento acunan sueños dormidos,
la noche, poesía silencia secretos compartidos.
Poema insolente
Que causa en noches divinas.
En la noche oscura de la vida,
la rebeldía baila,
Insolente verso
desafiando a la rutina,
Palabras subversivas,
como llamas que titilan,
Poema que despierta,
cuál esencia divina.
Palabras que rugen como trueno feroz,
provocan al silencio, despiertan al mar.
Insolente poema, en su danza veloz,
rompe cadenas, invita a soñar.
Desnuda la verdad, desafiante y cruda,
la pluma se alza en gesto desafiante.
El poeta insolente, en su obra desnuda,
canta a la rebeldía, al arte vibrante.
Oh, poema insolente, desgarro de tinta,
en la piel del papel dejas tu estigma.
En la algarabía del verso que tintinea,
la insolencia florece como enigma.
En la penumbra de un alma quebrantada,
suspiros desesperados tejen la trama.
Palabras marchitas, esperanzas desgarradas,
un poema desesperado, lágrima que reclama.
El eco del silencio resuena en cada verso,
un lamento ahogado en un mar de desdén.
En la desesperación, un grito disperso,
se mezcla con el eco de un amor que se fue.
Las sombras danzan en la danza del pesar,
mientras el poeta desesperado busca alivio.
Letras caen como lágrimas al titilar,
pintando un cuadro oscuro en el lienzo del desvarío.
En cada palabra, un eco de desesperanza,
un canto a la ausencia, al naufragio del amor.
El poema desesperado, plegaria sin esperanza,
se sumerge en el abismo, buscando redentor.
En la danza del viento en frío invierno,
susurra secretos de un cielo taciturno.
Entre ramas desnudas, un lamento eterno,
el viento teje historias en su vuelo nocturno.
Sus dedos helados acarician la piel del paisaje,
silbando melodías de nostalgia y quietud.
Hoja que danza en un último viaje,
el viento en invierno cuenta su invernal virtud.
A través de campos cubiertos de blanco manto,
susurra cuentos de hielo y cristal.
Baila con la nieve, danza en encanto,
el viento en invierno, poeta celestial.
En cada ráfaga, una estrofa callada,
en el eco del hielo, un verso sin final.
El viento en invierno, en su travesía helada,
escribe poesía en cada rincón boreal.
Quiero soñar esta noche.
Bajo estrellas danzantes,
en la noche sin final,
un poema de susurros
quiero en tus sueños hallar.
Entre sombras y destellos,
tejeré versos de luna,
donde los sueños florecen
como una suave fortuna.
En el manto de la noche,
la luna tiñe de plata,
sus versos susurran secretos,
en la calma que arrebata.
Reflejos en el río celeste,
donde los sueños despiertan,
susurran cuentos antiguos,
mientras las estrellas conciertan
melodias con las que sueñas.
En la noche dormida, silenciosa,
susurros de sueños acarician el alma,
entre sombras que danzan y suspiros de estrellas,
el descanso teje un poema en calma.
El murmullo del silencio abraza la oscuridad,
cual poesía que se esconde en la penumbra,
los sueños, como versos, se entrelazan,
tejiendo historias en la paz nocturna.
En el lecho del silencio,
el sueño se enamoró,
bajo mantos estrellados,
su romance comenzó.
En las noches cómplices,
se abrazan con ternura,
el sueño y el alma
danzan en su partitura.
Sutil es el abrazo del reposo sosegado,
en el éxtasis del descanso, el amor es revelado.
Entre susurros de la almohada y besos de la brisa,
el sueño y el enamorado tejen su risa.
En el jardín onírico,
florece la pasión,
cada parpadeo nocturno
es una declaración.
Los destellos de estrellas
son testigos mudos,
del amor eterno entre sueños,
profundos.
Que el sueño enamorado guíe tu descanso,
donde el corazón y el reposo van de la mano.
Bajo el manto de la noche, el amor se adueña,
en el rincón de los sueños, la dicha se sueña.
¿Poesía o Prosa?
En el bosque de letras y hojas doradas,
una escalera de libros se alza, enlazada.
Sus peldaños narran cuentos sin fin,
entre susurros de viento y murmullos de lince.
Cada escalón es un capítulo que invita a ascender,
entre ramas de versos que danzan al renacer.
Las letras se entrelazan como ramas amigas,
tejiendo historias que el alma abriga.
Al llegar a la cima, el saber se despliega,
un horizonte de conocimiento que el alma entrega.
Desde las alturas, el bosque se contempla,
un océano de letras que el tiempo respeta.
Bajo la sombra de libros, el saber florece,
una escalera de historias que el alma enriquece.
En el bosque de palabras, la mente vuela alto,
siguiendo el sendero de este mágico trato.
En la penumbra danzan sombras silentes,
bajo el manto estrellado, secretos latentes.
La luna susurra cuentos al viento,
mientras el silencio teje su lamento.
En la noche, un lienzo de oscuro fulgor,
donde los sueños exploran su esplendor.
El susurro del nocturno río acompaña,
mientras las estrellas su danza extraña.
En la quietud, el mundo reposa su afán,
misterios despiertan cuando el día se va.
La noche, poesía que en sombras se esconde,
un abrazo tácito donde el tiempo responde.
En el lienzo del cielo, la aurora suspira,
pintando colores en la danza del día.
El sol despierta con besos de luz,
acariciando la tierra, revelando su cruz.
Las sombras se retiran, la noche se va,
cambiando su manto por un nuevo compás.
El canto de aves es música en el aire,
una sinfonía que invita a soñar.
El amanecer, un poema en silencio,
donde la naturaleza revela su encanto.
Susurra promesas el viento temprano,
en este cuadro vivo, un eterno encanto.
Rebeldía
Y si te dijera,
Que tengo mil y una razones para ser rebelde,
Yo creo que soy rebelde ante tantas cosas que…
Pues sí,
Fui así en mi hora de radio,
Cuando me pedían una y otra vez
Algún oyente,
Que no les pusiera música clásica,
No hice caso de nada
Y seguí con mis cositas.
Me he sublevado
Contra las injusticias del mundo,
Y sobre todo
Me agito ante la poesía,
Las ideas de cada uno
Lo que sentimos,
Y nuestra forma de expresarnos.
Soy indisciplinada para esto.....
8º Corales en la Tierra