DE CORAL A SAN VALENTÍN


Coral
Coral

DE CORAL A SAN VALENTÍN

El día 14 de febrero del 2023, publicaré una carta dedicada a San Valentín.

Hasta entonces os dejo más poemas cortos y todas las anteriores páginas de poesías publicadas.

Un saludo a todos

Dama de las Algas

DE CORAL A SAN VALENTÍN
DE CORAL A SAN VALENTÍN

De Coral a San Valentín, en el mes del amor, y dedicando mis letras al día más esperado y más llorado por todos los corazones.

DAMA DE LAS ALGAS

DE CORAL A SAN VALENTÍN
DE CORAL A SAN VALENTÍN

Carta a San Valentín

Recordando a San Valentín que sigo por aquí…

No quiero ganar o perder, porque en el amor siempre perdí.

Ya no recuerdo lo que era amar, pero escribo sobre él miles de veces, y le compongo poesía sin parar. Igual va dentro de mí y no me doy cuenta.

¡Escúchame!

Por él, cometo faltas de ortografía, a ver si no se despista. Por otro lado, me considero pirata, y como tal me cuesta rendirme al amor.

Os dejo que penséis un poco, en lo que supone para mí, escribir la carta a mi amor más preciado.

En el rincón callado del alma rendida, es donde late un corazón cansado de amar, late por ti, mi vida, un guerrero que solo anhela la satisfacción de quererte, y seguirte a través de los siete mares.

¿Quién es el valiente que puede decidir, que las palabras de mi corazón no valen?

Pues aquí estoy sin esperanzas, sin amor, a quien ofrecerle estas líneas, pero amando hasta el fin del universo a un desconocido.

Tuve que inventar caricias embriagadoras, sufrir por un amor que no ha existido, y hoy le escribo a él, que no me ha conocido.

Para mí y para ti, mi poesía de amor, ahogada en un lago de lágrimas, sin esperanzas, esperando un olvido, que no olvido.

Entre hojas caídas y la desesperanza, aún encuentra un camino de esperanza, de vida, y danza a un ritmo desbordado de caricias y heridas que no puedo conservar.

San Valentín, para mí no existes, y ahora me obligo a enamorarme, a través de las palabras como hace tiempo vengo haciendo.

Mi historia parte de dos enamorados, en un bosque alejado, donde no llegan los sentimientos, ajenos, y culminando con senderos de lava, que se propagan por el viento.

Puede que sea un amor fugaz, sin raíces que lo sostenga, o que sea tan sencillo, que a nadie le importe su lectura. A mí, me dará lo mismo, es mío, y suyo, sin que nadie se entrometa.

Seguro que el universo, no estará de acuerdo en mi escritura, y sí, mi amor es así, loco, desvalido, sin promesas incumplidas, y con más fragor, que el de una guerra, que ha concluido.

Así me siento herida, completa, sincera, y tengo la fuerza del viento del norte, que me azota en las mañanas de tormenta.

Amor mío, siempre te sigo y no te alcanzo, y es que el destino vuela alto, y no alcanza a esa cometa.

Mi amor o mis sentimientos, son así, ya lo dije antes.

No puedo inventar un corazón nuevo, porque en el que tengo es desafiante, y sostengo mis palabras, ante tanta pasión publicada, y oculta a ojos de nadie.

Si pensáis que pondré su nombre a mi historia, no lograréis enterarnos, pues el calvario que me condena es el eslabón de una cadena que soporto diario, con el alma en pena.

Pinto versos de cariño, a una persona completa, la que por fuerza del destino, y con mi paleta colorida, cubro de verdes prados, la figura que me deja perpleja.

Una noche soñé contigo, tu silueta era perfecta. Vas vestido de luto, mirándote siempre alerta, con el corazón encogido, y sabiendo a ciencia cierta, que eras el elegido, con los ojos de una ciega.

Ahora me cuesta rimar, en esta carta, para que te sorprenda, y me ames locamente, como lo haré yo, cuando te tenga cerca. No cambiaremos el rumbo y seremos la pareja que, durante las noches, miraremos a las estrellas.

Eres valiente, esperanzador amor de poeta, también calegre, late el corazón oxidado que la divinidad me entrega.

Amor de mi vida, melodía que marchita mi canción, solo en ti mis recuerdos, de caminos sembrados de atención. Ven a mi triste recuerdo, y suelta amarras de mi pasión, amor de la madrugada mía, que mejor sería, oyeses mi clamor.

Quizás en el abismo del abandono se ocultan retazos de esperanza, y entre el abismo recuerdo asoma la sombra de un adiós. El corazón persiste sin vida, en la danza desnuda del despojo, y no verán tus ojos que me desmayo de dolor, pues canta el ruiseñor en la rama los cantos de amor que repito yo.

Ya se va cumpliendo la hora, de dejar atrás el olvido, y entregarnos a lo vivido y volver en este instante, a culminar el momento, de besarte eternamente.

En cada latido, una batalla se luchó, y ganado en ese momento, el amor sediento, con una razón latente, y entre la razón y el deseo ferviente, resistiré al amor con valor.

Debo de tener cien mil palabras escritas, o un infinito de ellas, presiento que me salgo de la carta, y que no sé cómo sucumbir a ellas. Y puede que no sepa canalizar, este amor que siento esta noche, pues con tanto pensar y rimar, lo que tengo, es desaliento que no puedo respirar, me agota el universo.

No diré, ¡te quiero!, porque entre líneas aparece, y tampoco lo volveré a repetir, porque mis sentidos reaparecen, en una noche así. Cuando vi tu rostro envejecido, arrugado y exprimido, y comprendo la hora que es, y el destino inoportuno, de mandarme un hombre como ninguno, a una hora indecente.

Comprendéis por qué el olvido es un caminito llano al que me veo de paseo, sin pensar en otro más cansado.

Y sigo pensando en la figura del triste hombre, enamorado, que me alarga su brazo, sin grandes cosas en su mano.

Ya es tarde para amar, es pronto para morir, es hora justa para caminar y cantar y escribir cartas de amor entristecidas.

Soñando con ese amor, disfrutando de unas teclas, que os llevaran a un mundo, y tristemente componiendo, y juntando unas cuantas letras, que no saldrán a la luz del día.

Lance mi corazón al mar, y enredado en las algas, sufre, por los movimientos de las olas dulces, que me rozan y abrazan, caprichosas y envidiosas de mi sal.

Cuando necesito con locura, gritar al cielo en silencio, por el amor que siento, y que no encuentra libertad, solo ataduras.

¡Pobre cariño somnoliento! Que vaga por el mundo en la penumbra, y despierta de un letargo en febrero, a la hora punta. Y San Valentín me espera, asomado a su balcón, cuando las nubes espesas, dejan caer la lluvia de traición, y me pillan porque soy débil, y por qué tengo sueños de amor.

¿Qué me hiciste órgano traidor?, que caí en tus redes un día, y ahora el remedio que quisiera, ya no tiene razón.

Y dulcemente me acuesto, y sueño con ese beso, que me da el amor, más travieso y juguetón que pueda yo soñar.

¡Hay poeta, enamorada! Me rio de mi soledad, de lo que invente, de lo que sufrí, de lo que ame, de lo que sentí, y confió en que se haga realidad.

Por qué si después de esto, se queda en la nada, de que le sirvió soñar a esta dama, que se adormece en aguas verdes y azules.

Al escribir estas letras, y esta carta con tanto cariño, estoy llamando a la puerta, de un amor como un niño, que no se resiste ante caracolas, ni a un pirata con sable en la mano, que corta las olas embravecidas, y no recuerda lo de antaño.

Y estaría así eternamente, escribiendo con el alma y mi mente, y el corazón en un hilo, que me lleve hasta más allá de muerte.

Aquel sincero amor que se marchitó por los años, y hoy recuerdo los dulces besos que guardados quedaron marcados. Esa serenidad, cuando en estos momentos los deseos vienen a sembrar lo no regado.

Cuando perdida la compostura, le acompañaban esos tiernos abrazos, y añoro los días de júbilo, que el tiempo va borrando. Recuerdo a mi amor, ese que no he olvidado, con la armonía que me pesa soñarlo, mientras ahora este corazón atontado se empeña en sentir, en oler, en saborear, los momentos más dulces, amargos.

Y tengo que terminar, andando pasos muy pausados, pensando en la vida si fue realidad lo que he soñado. Quiero que no naufrague mi entusiasmo, por ese amor que no llega, y aunque se empeñe nuestro santo, en encontrarme una pareja

En el rincón del corazón, danza el espíritu enamorado, como mariposas de colores, un sueño delicado. Susurra el viento del norte, versos de dulce pasión, entre notas de amor, nace la canción y se escucha en los prados.

Asturias, ¡quién sabe por qué!…

Cada palabra es un pétalo que cae, sembrando el jardín de un amor que nunca se desvanece. Bajo la luna, cómplice de secretos susurrados, el espíritu enamorado se entrega, iluminado. Que este poema, tejido con hilos de ternura, sea la melodía eterna de un amor que perdura.

Sé que esta carta llegará a los oídos de quien merece querer y ser querido, y agradezco la oportunidad de poderla mostrar al mundo, ya que de otra manera jamás nadie la leerá, y si por suerte del destino encuentro a la persona amada, será bien aprovechada porque llegará a su destino.
Y todo esto que siento será bendecido, y aunque no gane ni pierda, porque a los ojos del santo están alerta, me conformaré con lo que tengo: un amor tierno y pequeño para ofrecer al amigo, ya que no poseo el preciado don de que tú, mi amor, estés conmigo.

                                                                                             Dama de las Algas

DE CORAL A SAN VALENTÍN
DE CORAL A SAN VALENTÍN

POEMAS NUEVOS

Amor Pánico Divino

Tu amor me tomó como un relámpago,
como un viento furioso desde lo alto,
y en su golpe, sentí el eco del cielo,
una fuerza inabarcable, un salto hacia lo eterno.

Caí en el vértigo de tus ojos,
donde se cruzan lo humano y lo sagrado,
y en ese abismo profundo y claro,
perdí mi nombre, mi voz, mi ser amado.

Es un amor que arrastra, que devora,
que no conoce calma ni razón,
una tormenta que azota sin demora
y me arrastra hacia la divina confusión.

Tus manos son como llamas encendidas,
tu abrazo, un nido de luz incontrolable,
y en cada roce de tu ser inabarcable,
mi alma tiembla, perdida en su caída.

Siento el pánico del alma frente a Dios,
ese miedo dulce, ese caos divino,
donde el corazón no encuentra camino
y se entrega a la ola que todo lo esparce.

No sé si es amor o es locura,
si es fervor o es el fuego que consume,
pero sé que, en tu abrazo, me desplome,
y encontré la paz en la tempestad más pura.

En ti, soy una chispa entre las estrellas,
una plegaria hecha de carne y hueso,
un suspiro que se eleva, sin regreso,
a la divina danza de las centellas.

Así, me disuelvo en lo eterno, en lo inmenso,
sin temor, aunque el amor me desintegre,
pues en el pánico de este amor tan férreo,
sé que en lo divino me volveré a regir.


DE CORAL A SAN VALENTÍN
DE CORAL A SAN VALENTÍN

No temas, amor, aún no ha llegado

No temas, amor, aún no ha llegado,
el tiempo es sabio, su paso es pausado.
No dejes que el ansia te robe la paz,
ni que la espera te cause ansiedad.

El fruto del amor madura despacio,
como el sol que acaricia el verde espacio.
No apresures el paso, no corras sin ver,
que el amor verdadero se deja querer.

Espera, amor, que en su dulce demora,
la flor que cultivas será más valiosa.
No temas, amor, si hoy no ha florecido,
que el tiempo y la fe te harán el camino.

No sientas nervios por lo que ha de ser,
el amor llega en su justo amanecer.
Cuando el fruto sea pleno, lo sabrás,
y en tus manos, al fin, lo acunarás.
DE CORAL A SAN VALENTÍN
DE CORAL A SAN VALENTÍN

Me perdí en poemas que no sirven de mucho, escribí a un santo, que no parece hacerle gracia, él asunto de amores.

Así que el mismo es la causa, de tantos sinsabores.  

Él no es capaz de echarnos una mano, a los que estamos sedientos y nos deja en la estacada.

Y yo que le escribí con tal determinación que sin proponérmelo salió una poesía de amor.

La causa de todo esto, y de que esta página saliera a la luz del día, no fue mía, sino de una broma del destino que mejor dejarla en el olvido y silenciarla de tal manera.

Poeta yo misma, me aventuro con una carta que más me hubiera valido ocultarla al mundo, pero que ya publicada no se me encoge el alma de quien pueda leerla y opinar sobre lo dicho.